Suzuka ha sido el escenario de muchas batallas por el campeonato pero, en esta ocasión, Sebastian Vettel tan sólo necesita un punto para asegurar su segundo título mundial consecutivo, uniéndose así al exclusivo grupo de pilotos que cuentan con ese reconocimiento: Alberto Ascari (1952-53 – ambos títulos logrados con neumáticos Pirelli), Juan Manuel Fangio (1954-55 – con neumáticos Pirelli en el 54), Jack Brabham (1959-60), Alain Prost (1985-86), Ayrton Senna (1990-91), Michael Schumacher (1994-95 y 2000-2004), Mika Hakkinen (1998-99) y Fernando Alonso (2005-2006).

Para lograrlo, primero tendrá que superar unas exigentes 53 vueltas en Suzuka, equipado con PZero amarillos blandos y PZero blancos medios, si la carrera se celebra en seco: la situación cercana a la costa de este circuito hace que la probabilidad de lluvia sea elevada. Como en cada carrera, los PZero azules intermedios y los naranjas de lluvia extrema estarán listos para la acción en caso de que así suceda.

Se dé el tiempo que se dé, Suzuka es una de las carreras más variadas del año, en lo referente a los neumáticos. Aquí hay unas cuantas razones para ello:

El circuito

En las curvas en S, de alta velocidad, al inicio de la vuelta los neumáticos se ven sometidos a continuas aceleraciones laterales que retan los hombros de la cubierta y la llevan al límite de su agarre. En ese momento, el neumático debe ser capaz de ofrecer al piloto un fácil acceso a la curva, precisión y agarre lateral, mientras se adapta rápidamente a un asfalto ligeramente diferente – que es menos abrasivo pero no ofrece tanto agarre como en otras zonas del circuito.

La curva Spoon tiene un radio constante y continuo. A 180 km/h, la fuerza lateral equivale a 2.5G, que se combina con 1G de fuerza hacia adelante a medida que el coche acelera en la salida de la curva. Eso supone una carga importante para el compuesto. De hecho, es un fenómeno típico de todo el circuito, que es fluido y tiene el menor índice de exigencia de tracción de la temporada. Los dos únicos puntos en los que se necesita tracción son la salida de la horquilla (Giro 11) y la chicane final en bajada. También es menor la necesidad de capacidad de frenada.

La curva 130R es una de las más rápidas. Los pilotos llegan en séptima a 310 km/h. Esta es una curva larga con agarre, algo que permite a los pilotos tomarla a plena potencia, generando así una presión de 800 kg. o más en el neumático frontal derecho, que tiene que mantener el coche en la trazada correcta y gestionar una fuerza lateral considerable al mismo tiempo.

La chicane final, un punto que favorece el adelantamiento y escenario de una conocida pasada entre Alain Prost y Ayrton Senna en 1989, se conforma con ángulos de derechas estrechos, que llevan a la recta principal, dónde los pilotos vuelven a acelerar a fondo.

Suzuka Circuit

©Pirelli Charles Coates


Pensamiento lateral

Con una especial combinación de curvas de alta velocidad, Suzuka es el circuito que pone las mayores cargas laterales en los neumáticos de todo el año; la principal característica de este trazado en lo que a las cubiertas se refiere.

Una carga lateral es una fuerza tangente a la dirección del neumático, que lo empuja hacia el exterior de la curva. Al mismo tiempo, éste ofrece agarre a través de la fricción con la superficie de la pista, por lo que la carga lateral hace flexionar la estructura del neumático y aumenta el desgaste a través del aumento del movimiento lateral de la banda de rodadura sobre la pista.

Esta flexión y el deslizamiento causan un calentamiento, particularmente en el hombro del neumático, que es el área que más trabaja. En giro, ésto puede provocar blistering, pudiéndose desprender trozos de la banda de rodadura debido a un exceso localizado de calor. Si no se corrige, este fenómeno puede, eventualmente, causar roturas en la superficie de la banda y afecta al rendimiento, algo que explica el porqué de la importancia de la temperatura de los neumáticos.

En la mayor parte de los circuitos, las rectas ofrecen una oportunidad de enfriar los neumáticos, debido a la ausencia de fuerzas laterales en ese momento. Pero la primera media vuelta de Suzuka está plagada de curvas rápidas, sin una recta real en la que los neumáticos puedan recuperarse.

Por este motivo, Suzuka resulta un circuito especialmente duro para los neumáticos y los pilotos deberán realizar una gestión más cuidadosa que nunca de todos sus juegos, tratando de controlar la temperatura de las cubiertas, que pueden llegar a alcanzar los 120ºC en su momento más álgido.