La sesión de clasificación del Gran Premio de Bélgica de Fórmula 1 resultó ser de infarto dadas las condiciones meteorológicas mixtas en las que se disputó: la Q1 empezó siendo sobre mojado pero al final la pista se fue secando poco a poco, la Q2 fue completamente sobre suelo seco, y la Q3 fue la más extraña de todas, donde a veces se ponía a llover pero después dejaba de hacerlo repentinamente. Al final el hombre que se llevó el gato al agua fue Lewis Hamilton por cuarta vez consecutiva gracias al buen cálculo del equipo, que le sacó en el momento perfecto. El inglés pudo con los Red Bull, quienes quedaron Vettel segundo y Webber tercero, y por detrás terminaron su compañero Rosberg, Di Resta, Button, Grosjean, Raikkonen, Alonso y Massa.

La Q1 empezó lloviendo y todos los pilotos se dedicaban a marcar vueltas cronometradas como podían, pero al final la meteorología sorprendió y dejó de llover, por lo que la pista se fue secando poco a poco en los últimos momentos. Entonces la parrilla se dividió entre los que se arriesgaban montando neumáticos de seco y los que no, quedando como ganadores los que optaron por arriesgarse. La Q1 terminó con el liderato de Alonso, la espectacular tercera posición de Van der Garde y el pase a Q2 de los Marussia de Bianchi y Chilton.

La Q2 transcurrió con total normalidad ya que se disputó sobre seco, y aunque algunos favoritos como Hamilton vieron peligrar su posición por la tremenda igualdad que había en pista, no hubo ninguna sorpresa como en la Q1. Raikkonen terminó líder, y además de Van der Garde y los Marussia también quedaron eliminados Hulkenberg, Sutil y Pérez.

La Q3 fue la más disparatada de todas. Comenzó con gotas de agua en la pista, y todos salieron a la vez para intentar marcar un tiempo de vuelta sobre seco. No fue posible, y cuando todos volvieron a boxes para cambiar neumáticos nadie se decidía sobre cuáles poner. Force India fue el más rápido y Di Resta marcó un tiempo de vuelta con la pista lo más seca posible hasta el momento. La lluvia iba en aumento y todos pensaban que la pole iba a caer en manos del escocés si el tiempo no mejoraba. La meteorología volvió a sorprender y cambió bruscamente, lo que provocó que los tiempos empezaran a mejorarse. Primero fue Rosberg, después Webber, Vettel y finalmente Hamilton, que se llevó la pole gracias a una vuelta perfecta en el momento perfecto. Por detrás, tanto los Lotus como los Ferrari se quedaron sin un segundo intento por una mala gestión del equipo y de sus pilotos.