Buena parte de la fama que tiene el Dakar está en la gran cantidad de muertes que acumula en más de tres décadas de historia, pero no sólo cuando era el Paris Dakar, sino que también en lo que hoy conocemos como Dakar sudamericano también se han seguido produciendo muertes, las cuales no desdicen de una de las carreras de vehículos motorizados más importantes del mundo.

En 2009 perdió la vida el motociclista francés Pascal Terry por un edema pulmonar. En 2010, Natalia Sonia Gallardo, una mujer de 28 años que fue embestida durante el transcurso de la primera etapa. Hace pocos días se ha sumado  Marcelo Reales, un conductor ajerno a la carrera que perdió la vida al ser embestido por el piloto argentino Eduardo Amor.

Esta página negra se inició en 1979, cuando nació la carrera que luego se convirtió en un clásico. La víctima fue Patrick Dodin, que corría en la clase motos. Desde entonces fallecieron una veintena de participantes,en su mayoría motociclistas, ya que están más expuestos a lesiones graves ante cualquier caída.

Pero no siempre la fatalidad se debió a accidentes de carrera. El terrorismo también fue responsable de incrementar esta lista. En 1991 el piloto Charles Cabanne murió de un disparo. Mientras que en 1996, Laurent Gueguen falleció tras pisar con su camión una mina explosiva.

La muerte no solo se llevó a aventureros, también lo hizo con profesionales. Tal es el caso del italiano Fabrizio Meoni, ganador del Dakar en 2001 y 2002, quien perdió la vida en un accidente en 2005.

La peor racha se registró en 2007 con los fallecimientos de los motociclistas Elmer Symonds, que se cayó; Eric Aubijoux, que sufrió un paro cardiaco; y Eric Satler, que chocó contra un cactus.

Además, se deben sumar varios niños y mujeres que fueron atropellados por competidores. Sobre todo en la zona de Mauritania. Sólo una vez se publicó el nombre de una de estas víctimas. El triste honor lo tuvo Boubakar Diallo, un niño guineano de 10 años, que murió en 2006 después de ser embestido por un participante entre Lobé y Tambacounda.

Irónicamente, otro de los que ayudó para que el Dakar tuviese fama de peligroso fue su creador, Thierry Sabine, quien murió durante la edición de 1986 en un accidente de helicóptero.

Todo ello ha llevado a encumbrar al Dakar como una de las pruebas de aventura más peligrosas del mundo, pero no obstante que no tiene peligro, si aún incluso algunos de los deportes que más muertes ha tenido ha sido el fútbol, el cual siendo un deporte mayoritario y muy seguido y que congrega muchos espectadores ha tenido y sigue teniendo tragedías casi anualmente tanto dentro como fuera de los estadios de fútbol, así que un deporte como es el motor conlleva riesgos, claro, pero no es tan malo como se ha de pintar o como algunos lo pintan.