Nadie dijo que fuera cruzada amena proclamarse campeón del mundo, con independencia del deporte practicado; sin embargo no deja de ser sorprendente la extrema facilidad que parecen tener algunos en llegar a la cima y quizá a esos se le deba llamar – antes que a un entrenador de fútbol- «The Special One»
Ocurre en muchos deportes, pero seguro que tras leerse el párrafo anterior, la mayoría de vosotros tendréis ya en mente, la imagen de un joven piloto de Moto Gp; si; efectivamente; ese que parece no experimentar las mismas dificultades de los demás, ese que llega al suelo sin caerse y cuya técnica es ahora ejemplo para los que antaño fueron sus ídolos; el alumno que enseña al maestro…
A parte de razones familiares, sociológicas, factores suerte y otro sinfín de condicionantes, la precoz progresión de Marc Marquez en el motociclismo y su raudo movimiento ascendiente, ha de ser – creo – producto de un inmensurable talento, que le permite ser mejor que los muy buenos. A todo lo anterior, suma el carácter de combatiente, de luchador, del tipo que respetando se hace respetar, del que tiene muy presente que ganar es terminar primero. Los deportes sirven para entretener, para emocionar fieles y practicantes, pero también para extraer ejemplos a seguir y Marquez ya nos ha dejado algunos:
-si eres consciente de tus capacidades, no has de rendirte nunca ante un adversario.
-cuando demuestres tu valía, te respetarán
-el suceso no reside solo en el talento; hay que sumarle aprendizaje.
-regalos solo por reyes, lo demás hay que ganárselo..
Creo que podríamos seguir, aunque hay bastante ya; añadiría – si se me permite- una diminuta observación: parece ser que el hecho de ser campeón del mundo en las tres categorías a la par con todos los asombrosos registros que viene grabando, no le han hecho crecer la mala hierba de la arrogancia, que otros muchos ni siquiera intentan disimular…
Según tengo entendido, fue Voltaire quien dijo que «El tiempo es justiciero y pone cada cosa en su lugar», y si en la frase, substituimos la palabra «cosa» por «uno», el Voltaire acierta de pleno: la bochornosa campaña promovida por pilotos de su misma nacionalidad acusándole de «pilotaje temerario», tachándole de «gladiador romano», no ha surtido mas efecto que el de demostrar que un piloto debe hablar en la pista y ahí se le da o no la razón… lo de Lorenzo, este año no es ni medio normal; algo le pasa y me parece una pena que no esté a otro nivel, puesto que ganaríamos en espectáculo – en fin, lo dicho: el tiempo los puso en su lugar… a cada uno…
Siempre deseamos mas, y a mi me encantaría que Casey aun estuviera… ¿os imagináis una carrera con los dos? – a no poder ser, pongamos la esperanza en las promesas que se asoman y deseemos que la suerte lo acompañe para que durante muchos mas años, esté ahí cosechando y regalando alegrías.