Finalmente no ha sido posible.  Ayer, justo en la parte inicial de la etapa , abandoné el Dakar.

Tuve problemas a partir de la segunda etapa, e iba de culo cada día sólo para ir avanzando.  En la etapa 5 llegamos de noche con Pierre Bloom, un compañero de equipo, a unas dunas que había a sólo 30 Km. de la llegada, pero que eran muy difíciles para pasar de noche, y tuvimos que pelearlas de verdad.  El problema fue que a los dos se nos fundió la batería del coche y nos quedamos con los dos buggis parados en la arena.  Por el teléfono satélite (el de mi compañero, pues el mío no tenía batería a pesar de haberlo cargado en Buenos Aires antes de salir… veréis porqué lo comento), hablamos con nuestro camión que venía detrás, pero tampoco podía pasar las dunas de noche, y no consiguió llegar dónde estábamos.  Cerca había un par de camiones volcados; era todo un espectáculo.

Tomamos su punto GPS, y fuimos andando con las dos baterías de los coches hasta el camión.  Allí las pudimos cargar, y nos quedamos a dormir hasta antes de que amaneciera, pues así podríamos aprovechar la luz para ver el paso por las dunas, pues si nos volvíamos a quedar enganchados, la batería (con las luces potentes de noche que llevábamos), se volvería a morir.

Finalmente, en la mañana del día 7 llegamos bien al campamento.  Mi compañero dijo que no saldría porqué se encontraba mal, le dolía mucho la espalda, y no se veía capaz de hacer la dura etapa siguiente.  Yo me hice revisar el coche rápidamente, preparé el Road Book, comí un poco y fui para salir prácticamente el último de todos los coches y camiones.  Cuando iba a salir, vi que el GPS se me había quedado bloqueado por un código que la organización me hizo entrar el día antes (para no cruzarnos con los vehículos que ya salían de la etapa 6). Fui a que me lo desbloqueasen, pero con todo el lío perdí otra hora.  O sea, que salí mucho más tarde que todos los últimos.    Detrás sólo quedaba algún camión, entre los cuales, por suerte, el nuestro de asistencia en pista.

Empecé a tirar, y al llegar a las primeras dunas más solo que la una, no podía subir por dónde era evidente que había subido la mayoría de gente de la carrera, pues era un paso entre dunas muy largo y vertical, y la arena estaba triturada por todos los coches y camiones que ya habían pasado.  Me desvié para buscar un paso alternativo, pero me fui complicando entre dunas para intentar encontrar de nuevo el camino correcto, y mientras, mirando mi Road Book, me distraje un momento, y me metí de lleno en una olla de arena, quedándome totalmente atrapado.  No me alargaré explicando lo que me costó sacar el coche de allí, pues estaba absolutamente solo, apartado de la ruta, y no pasaba ni se oía a ningún otro vehículo… era complicadísimo.  Tardé más de 2h30, y tuve que parar un rato a descansar debajo del coche, porqué notaba que estaba al punto del colapso físico por el calor, la falta de dormir y no haber comido casi nada en muchas horas.

Al poco rato de estar encallado, intenté llamar a mi camión de asistencia que debería pasar cerca al poco tiempo, para que me viniese a ayudar, pero el teléfono satélite no funcionaba (Ya había tenido problemas el día antes, pero lo habíamos cargado de nuevo en el campamento durante la mañana, antes de salir).  Durante este intervalo también me quedé sin corriente en el coche, y ya creía que volvía a estar sin batería, pero ahora no iba nada y pensé que con la caña que le estaba dando al coche para salir de la trampa dónde me encontraba, se habría fundido algún fusible.  Fui probando los fusibles hasta ver que un estaba mal.  No tenía fusible de recambio, pero hice un puente directamente con un poco de cable eléctrico.

Con todo, cuando conseguí sacar el Buggy de allí, no sabía realmente dónde estaba o hacia dónde tirar, y ya era consciente de que detrás de mí no quedaba ni mi camión de asistencia.  Luego, con la intención de jugármela corriendo sólo detrás del todo, y forzando la velocidad para alcanzar, como mínimo, a mi camión y hacer juntos la etapa, intenté encontrar la pista adecuada.  Me hice un hartón de dar vueltas por aquellas dunas, y encontré trazas hacia diferentes direcciones, sin saber exactamente si las que seguía eran las correctas, pues el Road Book no me coincidía para nada, y el GPS no me indicaba ningún punto concreto (Está bloqueado por la organización y sólo indica alguno de vez en cuando).

Estaba hecho polvo y, la verdad, desbordado.  A las 17h tenía 450Km. durísimos por delante, sin ni tan siquiera estar en la pista correcta, y sabiendo que al más mínimo problema me quedaría tirado del todo, sin nadie por detrás que me pudiese ayudar.  Subí a un punto elevado para parar un rato a reflexionar y a ver si me situaba, y escuche un ruido de motor no demasiado lejos.  Eran dos motos que circulaban por allí, y me fui a alcanzarlas.  Los dos motoristas estaban haciendo una excursión por allí.  No tenían ni idea de por dónde podía estar la ruta correcta del Dakar, pero sí que me podían acompañar hasta carretera cercana.  Tenía que tomar una decisión, y tiré la toalla.  Seguí a los Motoristas hasta aquella carretera, para asegurar que no me quedaba tirado y que no perdería el vehículo en el desierto.  Desde allí volví fácilmente al punto de salida del campamento, y fui a comunicar que estaba bien y fuera de carrera.  Todavía antes de hacerlo, pesé en volver a iniciar la ruta, pues allí si que estaba nuevamente situado y podía empezar la etapa de nuevo.  Pero la verdad es que no me atreví… lo veía imposible y demasiado arriesgado.

Normalmente apuro tanto como puedo e intento no desistir por tonterías.  Evidentemente no se que hubiese pasado si me hubiese vuelto a meter en la etapa.  Igual me habría salido bien y tendría una historia épica con final feliz, o quizás me hubiese metido en un problema grave.  Cuando uno va haciendo aventuritas por estos mundos, nunca sabe dónde tiene que poner los límites, y a menudo alcanzar o no alcanzar el éxito está precisamente en saber gestionar este equilibrio.  Si hubiese abandonado por ver las cosas complicadas, no hubiese podido hacer cumbre en muchas de las montañas que he hecho, o no hubiese terminado muchos Dakars.  Pero esta vez si que he tenido que desistir, y por ello habrá sido un fracaso.  Ahora a digerirlo todo y a intentar aprender todo lo que un mal final me puede enseñar.

Antes de terminar, quiero dejar muy claro que este abandono no ha venido motivado en absoluto por problemas con el vehículo.  La situación que me ha llevado a estar fuera de carrera ha venido provocada por una acumulación de circunstancias, entre las que también hay, como es evidente estar pruebas tan duras, algunos pequeños problemas mecánicos; pero tengo que ser sincero, y reconocer que el motivo básico del grueso de problemas que sufrí para llegar a abandonar, fuero provocados básicamente por errores míos.  Fui yo el que me desvié de la ruta, fui yo el que me compliqué la vida al meterme en aquella trampa de arena dónde no podía salir, fui yo el que no supo encontrar el camino correcto después de todo, y fui yo el que desistió de continuar avanzando.  Quizás si el teléfono satélite me hubiese funcionado, la batería del coche no hubiese fallado, y el GPS no hubiese quedado bloqueado antes de salir, todo hubiese cogido otra dirección, pero al final sólo son elementos añadidos que se sumaron a mis propios errores. El Buggy Mc.Rae Pro-Dakar es un vehículo muy bueno, muchísimo más fiable y eficiente de lo que me podía imaginar, y espectacularmente divertido.  Como la mayoría de los vehículos en esta carrera tan dura, sí que tiene algunos detalles a pulir para hacerlo todavía mejor, pero yo a pesar de haber tenido algún problema inesperado, sólo puedo hablar bien de él, o como mínimo, no quiero buscar excusas en el coche por mi mal resultado.

Agradezco especialmente a todos los componentes del equipo Mc.Rae Pro-Dakar su dedicación, pasión, eficacia y excelente trato en todo.  De verdad que me sabe muy mal por ellos y el enorme trabajo que han hecho, el que yo no lo haya conseguido.

Gracias a todos por seguirme, por vuestros mensajes de apoyo (que podía leer casi cada día), y espero que la próxima aventura tenga mejor final.  Ahora me tendré de aplicar aquello que siempre digo y que he escrito en muchas ocasiones, de que el único fracaso es el no intentarlo… pero cuando uno se lo encuentra, en aquel momento, la verdad es que lo deja a uno hecho polvo…

Fuente: Albert Bosch Press