Jordi Arcarons y Laia Sanz coinciden en que la décima etapa ha sido hasta ahora la más extrema del rally, con contrastes de 4.000 metros de altitud, 45ºC de diferencia térmica y 862 kilómetros de recorrido.

El Dakar ha regresado a Argentina tras una jornada maratoniana y extrema para los participantes, especialmente para los motoristas del rally, que en el caso de Laia Sanz y Jordi Arcarons han estado 15 horas a lomos de sus respectivas Honda CRF 450X.

El primer obstáculo no estaba en la cresta de una duna o en un camino cubierto de fesh-fesh, sino en el enlace de 500 kilómetros que han tenido que cubrir desde el campamento hasta la salida de la especial. Ha sido un día de contrastes en el que han pasado de una altitud inferior a los 800 metros hasta llegar a los 4.750 metros por encima del nivel del mar. Allí el termómetro caía en picado por debajo de los 5ºC negativos, mientras que media hora después tuvieron que soportar los 40ºC de temperatura ambiente que se encontraron en la especial. Pasaron un frío intenso y después un calor abrasador, sufrieron los males propios de los cambios de altitud, tuvieron sueño y mucha fatiga. Laia y Jordi no dudaban en señalar que había sido “el día más duro del rally”, aunque es una frase que han repetido en más de una ocasión desde que partieron de Buenos Aires el primer día del año.

Si en la carretera lo pasaron mal, aún les quedaba lo peor: un tramo cronometrado de 176 kilómetros extremadamente complicado. “Es como si hubiéramos hecho una especial de 500 kilómetros por la dificultad que tenía, tanto a nivel de conducción como de navegación. La arena era muy blanda y hacía que se clavara la rueda delantera y saliéramos volando por delante de la moto”, explica Jordi. Para Laia, tampoco ha sido un día fácil: “he sufrido mucho. Primero estaba congelada, luego me ardían los pies, no me encontraba bien y físicamente ha sido extenuante”.

La de Corbera de Llobregat ha tenido una fuerte caída, aunque afortunadamente sin más consecuencias que una contusión en un costado y algún desperfecto en el manillar. “Iba detrás del polvo y no he visto una zanja. La rueda trasera ha rebotado y me ha escupido por delante de la moto. Ha sido la caída más fuerte que he tenido en el rally, pero estoy bien y no ha pasado nada grave”.

A pesar de la dureza del día, Laia Sanz y Jordi Arcarons han obtenido un gran resultado. El de Vic ha sido 32º en la etapa y ahora es el 38º de la general, mientras que la campeona de trial ha finalizado la especial en 38ª posición y ocupa el 42º lugar de la general. Por otro lado, Sanz ha visto como su margen al frente de la clasificación de féminas aumentaba nuevamente en más de 1 hora y 10 minutos. En el cómputo global, la distancia que separa la española de la sueca Annie Seel, segunda, es ya de 2 horas y 33 minutos.

Fuente: Mediagé Comunicación