El circuito de Castellbisbal, en la comarca del Vallès Occidental, acogió la primera prueba de la Copa Catalana de Resistencia Off Road de este año. La escudería Potarrojos Competició, de Castellbisbal, organizó la prueba que reunió un total de treinta y cinco vehículos entre las categorías Clase 1 y Clase 2. La primera es para vehículos de hasta 1.600 centímetros cúbicos y la segunda para vehículos de más de 1.600 centímetros cúbicos hasta 2.000. Concretamente, concurrieron ocho turismos de la Clase 1 y veintisiete de la Clase 2.

Los ganadores de la matinal contando las dos categorías fueron la pareja Ivan Cano y Jordi Zapata, de la Escudería Potarrojos Competició, de la Clase 2, que hicieron ciento setenta y nueve vueltas en las tres horas de duración de la prueba con un Seat Ibiza. En segunda posición de la clasificación general y ganadores de la Clase 1 quedaron Pau Canals y Unai Flores, de la Escudería Lleida, que con un Peugeot 106 quedaron a dos vueltas de los ganadores generales. Los terceros clasificados en la general y segundos de la Clase 1 fueron la pareja David Boltà y Antònia Martínez, de la Escudería Lleida, que quedaron a tres vueltas de los ganadores con un Peugeot 205. En cuarta posición de la general y segundos en Clase 2 entraron los jóvenes de Aiguafreda Marc Vila y Eduard Miró, de la Escudería Cava de Alguaire, que hicieron cuatro vueltas menos que los ganadores con un Seat Ibiza. En quinta posición de la general y terceros en Clase 2 quedaron los hermanos Manuel y Luís Rodríguez, de la Escudería Potarrojos Competició, que hicieron cinco vueltas menos que los ganadores en un Volkswagen Golf. La vuelta más rápida la hicieron Ramón Rienda y Antonio Rienda, de la Escudería Potarrojos Competició, con un Volkswagen Golf, que no pudieron acabar la prueba por un problema mecánico.

Cómo es habitual en este tipo de pruebas, numerosos vehículos sufrieron roturas y quince participantes tuvieron que abandonar, por lo cual al final sólo acabaron la prueba veinte vehículos, una cantidad incluso algo superior a la que suelen terminar las pruebas de resistencia. El circuito, denominado el Serral de la Verdolaga, es de propiedad municipal y tiene una longitud de ochocientos metros y una anchura de doce metros y medio. En varias ocasiones fue rociado con agua para aplacar el polvo que los turismos levantaban. La mañana en Castellbisbal fue muy fría, con temperaturas bajo cero a primera hora de la mañana, y antes de que los vehículos empezaran a rodar, había varios charcos helados en el circuito. Pese a ello la matinal tuvo bastante público. La próxima prueba de la Copa Catalana de Resistencia Off Road se celebrará el próximo 27 de febrero en Lleida.

Fuente:FCA