Si me vais leyendo habitualmente no me suelo prodigar mucho por los circuitos, sólo acudo una o dos veces al año para presenciar los test de F1. Los motivos, en un principio, fueron económicos, el primer año que asistí a estos entrenamientos fue en 2009 y el precio de la entrada eran 5€. Ahora las cosas han cambiado bastante. Además la cantidad de gente que se acercaba años atrás al Circuit era mucho menor al actual.

Pero no sólo ha cambiado eso, la trascendencia que ahora mismo tienen estos Test era impensable hace unos años. Programas en directo, como los que hacen en Movistar TV, noticias y datos saliendo constantemente, y sobretodo rumores y especulaciones.

© Nacho Mateo

Y para mí también ha cambiado. De ver los entrenamientos desde pelouse, de la grada más cercana al circuito, a verlo detrás del muro que separa la pista de los viales es como ver un deporte distinto. Y no es que desmerezca la F1 en una gradería y más en un día de Gran Premio, es simplemente la cantidad de detalles que puedes apreciar estando tan cerca de los monoplazas.

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Estar en el pit lane y ver la cantidad de detalles, de gadgets y gente que trabaja para que todo funcione es muy interesante. Además que el Circuit de Catalunya-Barcelona es un trazado excepcional. Si de una cosa nos podemos sentir orgullosos en este país es tener un trazado como éste. Toda la organización funciona como un reloj, el trato recibido, excelente. Así que todos los ingredientes son los mejores para poder disfrutar del deporte de motor.

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Las sensaciones cuando un F1 acelera delante de ti ensayando una salida es espectacular, por el sonido (venido a menos, pero a dos metros sigue siendo alto) o comprobando la efectividad en la tracción de estos coches. Si nos vamos a cualquiera de las dos frenadas fuertes del Circuit, las sensaciones se multiplican. Seguramente lo que más me impresionó. Ver frenadas con desaceleraciones que dan vértigo. Pero seguramente lo que más sobresalta a una persona que no está acostumbrada a ver los “toros” tan de cerca es saber que entre tú y el coche solo te separa un “simple” muro de hormigón, o en el mejor de los casos unas tiras de neumáticos.

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Incluso, en el mejor de los casos, te puedes encontrar sitios donde no tengas nada entre el coche y uno mismo. Sitios donde puedes seguir la trazada de los F1 sin ningún elemento se interponga en tu campo de visión. Si a todo esto le sumamos la comodidad de poderte desplazar de curva en curva del Circuit en coche y con chofer, ¿qué más se puede pedir?

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