La tercera edición del Salón Internacional del Vehículo Clásico de Madrid, ClassicAuto Madrid, celebrada en el pabellón de Cristal de la Casa de Campo del 24 al 26 de febrero, recibió la visita de más de 35.000 personas que tuvieron la oportunidad de realizar un interesante recorrido por la historia de la automoción.
A pesar de su juventud, ClassicAuto ha logrado convertirse en referencia y punto de encuentro para los aficionados; siendo junto a AutoRetro Barcelona, los prinpipales salones del vehículo clásico en España.
Desde el punto de vista del aficionado, es una magnífica oportunidad no solo de encontrar el recambio o la revista que busca, de admirar interesantes vehículos, o incluso verse tentado por la compra de algún coche o moto; sino de reunirse con otros aficionados venidos desde distintos puntos de la península, siendo la ocasión perfecta para organizar diversas reuniones de clubes, foros, o grupos de amigos.
El Salón no es solo lo que hay dentro del pabellón, el disfrute comienza desde el momento en que se recorre el aparcamiento, donde la organización permite el paso a los vehículos clásicos de los aficionados, y se pueden encontrar ejemplares dignos de admirar.
Una vez dentro, la oferta se divide en tres espacios, la planta baja donde predominan los coches y las exposiciones, la entreplanta, dominada por los recambios, la bibliografía y las motos, y por último la planta alta donde hay un poco de todo, coches, motos, recambios y clubes; aparte de «bocatas» de jamón serrano.
Entre los vehículos expuestos, llamaron especial atención la réplica del triciclo Benz, el turismo Pegaso Z 102 carrozado por Touring, o a los aficionados al vehículo «ochentero», un bonito ejemplar de F40, casi puerta con puerta con un Lamborghini Countach.
La lista sería interminable, y sin duda dependerá de los gustos personales de cada uno, pero estamos seguros que dada la variedad presente, nadie quedó defraudado.
Aunque sin duda, la exposición, inédita hasta la fecha, de vehículos fúnebres de principios del siglo XX fue una de las propuestas expositivas que mayor sorpresa generó entre el público. La colección estaba integrada por siete vehículos fúnebres fabricados entre los años 1929 y 1939 y destacaba por la espectacularidad de los artesonados, realizados en escayola y madera, que adornan estas carrozas de grandes dimensiones.
Los vehículos de transporte de viajeros de finales de los años 20 y principios de los 30; los míticos Hispano Suiza; los Threewheeler de la firma británica Morgan; los clásicos ingleses de Jaguar y Aston Martin; los potentes Mercedes; y los populares de Renault, fueron otras de las propuestas automovilísticas allí reunidas.
En el mundo de la moto destacaron la colección del Club Impala, que celebraba el 50 aniversario de este mítico modelo de Montesa; la exposición de prototipos españoles que nunca fueron producidos en serie, con el ingenioso Bibichi proyectado por Francisco Bultó a la cabeza; y la muestra comercial de motocicletas históricas anteriores a 1950.
En esta edición tuvo lugar el concurso de elegancia Jaguar en el que participaron más de una docena de automóviles y en el que resultó vencedor un modelo E-Type serie I 3.8; la presentación del libro ‘Paco Abadal. Biografía de un sportsman’ obra del periodista Bernardo Valadés; y la presentación de la prueba Centenario del Concurso de Automóviles del Guadarrama (1912-2012) que auspicia la Fundación RACE.
Un Salón que se afianza, y donde esperamos volver a encontrarnos en próximas ediciones.
DE INTERES
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