Cuando llevamos carga en nuestro vehículo lo primero que tenemos que tener en cuenta es si este transporte será temporal o permanente. Según sea la elección podremos utilizar distintos sistemas para su carga.

En primer lugar debemos comprobar que el vehículo no sufra daños por un exceso de peso, ya que por ejemplo, el peso soportado de los puntos de fijación del techo de unas bacas convencionales está limitado. A la larga, aunque el peso sea el recomendado, se pueden producir fatigas en los materiales, deformaciones o roturas, por eso es primordial revisar todos los elementos. También debemos examinar los datos que figuran en la ficha técnica del vehículo ya que aparte de ser peligroso, no cumplir con la norma es sancionable. Algunos de los datos a tener en cuenta son la tara, el número de plazas, masa máxima del vehículo y por ejes o remolcables.

Si la clasificación de nuestro vehículo es de turismo está prohibido el transporte de todo aquello que no sea para uso privado o particular, a no ser que nos dediquemos al transporte y tengamos la autorización para desarrollar dicha actividad. A la hora de transportar cualquier objeto debemos fijarlo bien para no comprometer nuestra seguridad, la del resto de los ocupantes y los demás usuarios de las vías.

La carga influye negativamente en la seguridad ya que puede afectar a la estabilidad longitudinal y transversal, disminución de la aceleración y capacidad de frenado. Si cargamos innecesariamente un vehículo, como mínimo vamos a consumir más combustible y la distancia de frenada se verá incrementada. Si colocamos elementos muy pesados en la baca, el centro de gravedad se verá elevado y la capacidad de vuelco del vehículo también se verá afectada.

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