8-01-2011

Tras sufrir la rotura de dos amortiguadores, del embrague y haber sido arrollados por un camión de carrera, Xavier Foj y su copiloto, Pablo Jaton, han llegado al campamento sobre las doce y cuarto de la noche. El camión les abolló el coche y les dejó un poco tocados pero han podido continuar y llegar hasta el bivouac de Arica, donde tienen todo el día y la noche de hoy para poner su Toyota Hilux a punto.

Con Jesús Calleja hemos mantenido una comunicación constante durante la noche. A las 12:30 nos llamaba informándonos de que se encontraba ya a unos 30 km del final de la especial y que cambiaba la estrategia inicial. Iban rodando juntos tres coches del equipo Toyota, entre ellos el de Ariel Jaton, y habían decidido terminar el tramo de la especial y llegar al campamento a la hora que fuera. Quedamos con él en que cuando estuviera a unos 40 km nos llamaría para que estuviéramos preparados a su llegada para trabajar, los mecánicos en el coche y el equipo de prensa en documentar su llegada. Sobre las 4:30 de la mañana nos ha llamado informándonos de que estaba ya a 50 km, pero se ha cometido un error en la medición y en realidad estaba aún a 110 km nos ha tenido un buen rato esperándole bastante preocupados. Finalmente han llegado Jesús y Nacho una hora y media después, irreconocibles, junto al coche de Ariel Jaton. Una jornada de casi 50 horas sin parar, ya que ayer apenas pararon una hora y media en el bivouac de Iquique. De nuevo Nacho Santamaría ha sido una pieza clave. Han conseguido llegar al campamento gracias a que Nacho McGiver va solucionando todos los problemas que surgen y a que su Toyota se está portando como un campeón, aguantando lo indecible.

Los dos pilotos del Toyota Coopertires Desafío Extremo están ahora descansado en un hotelito de la localidad de Arica. Por la tarde regresarán al bivouac para seguir trabajando en la preparación de la etapa de mañana. Esto no ha terminado, está prohibidísimo relajarse. Mañana tienen una especial muy salvaje que, probablemente, mandará a mucha gente a casa. Con un total de 839 km, de los que 631 km son cronometrados, el día de mañana será muy intenso y esta tarde tendrán que trabajar duramente para prepararse.

Jesús Calleja:

Amigos… ¡qué palizón! Llevamos unas 50 horas casi initerrumpidas sin despegarnos del coche, dándolo todo en una carrera que te lleva tanto a ti como a tu máquina al límite de tus fuerzas y tu resistencia. Ayer, después de una jornada durísima, apenas pudimos descansar una hora en Iquique y ya estábamos saliendo para la nueva etapa, una etapa inundada de fesh fesh, ese fino polvo que se atesta las pistas! Estaban llenísimas de fesh fesh, que se metía por todas partes y nos estropeaba todo. Imaginaos cómo será que cada 10 -15 km nos parábamos, cogíamos el compresor de aire del coche y echábamos aire a presión por el radiador, por todas las partes del motor, por fuera… para dejar que el motor pudiera refrigerar bien y que las zonas de frenos pudieran funcionar, y así poder seguir avanzando. Hemos tenido que hacer esta operación varias veces, lo que nos ha hecho perder mucho tiempo, claro, ¡pero es que si no era imposible continuar! Tengo que confesaros que hemos vivido momentos bastante duros, con ese fesh fesh que te quema la cara y que apenas te deja respirar, pues inunda todo el habitáculo de nuestro Toyota… en esos instantes te surgen preguntas de esas de «pero qué narices hago yo aquí…?»

Pero bueno, hemos podido seguir avanzando y sumando kilómetros con este sistema del compresor de aire, lo que nos ha animado a cambiar de estrategia y, en vez de dormir en la especial, hacer todo lo posible por llegar al campamento. Durante la etapa hemos visto multitud de coches tirados, un buggie quemado, del que sólo se veía el chasis y estaba todo negro, chamuscado. Nos encontrábamos con otros participantes que nos decían que tenían que dejar sus coches, que los abandonaban, pero que no tenían nada claro que los pudieran volver a sacar, porque es un lugar completamente inaccesible… Ya veis, todo un panorama alentador, ¡amigos! Pero ni yo ni súper Nacho McGyver, mi copiloto, estábamos dispuestos a dejarnos vencer, y seguíamos siempre hacia delante!

Entre las muchas cosas que nos motivaban para avanzar sin rendirnos había un par muy poderosas… ¡soñábamos con llegar a una cama, Dios! Y, sobre todo, sobre todo… con una ducha. Hemos luchado fuerte y hemos logrado llegar: ha sido un inmenso placer llegar al bivouac y encontrarnos con el equipo, poder hablar con ellos tranquilamente (ayer no pudimos ni charlar, en el breve tiempo que estuvimos en Iquique) y hemos podido desayunar con cubiertos, ¡¡qué lujo!

Así que aquí estamos, en Arica, gracias a mi copiloto, Nacho «McGiver», que soluciona todos los problemas que nos van surgiendo… y también a nuestro Toyota Hilux, que se está portando como un campeón, aguantando lo indecible.

¡¡Mañana más, amigos!!!

IMPRESIONES DE LOS PILOTOS DAKAR 2011

Fuente: Zanskar y Toyota