La crisis del petróleo y la ‘demonización’ del automóvil, nuevas amenazas para el mercado
Ganvam teme que la subida de los carburantes y el Euribor agraven la crisis de ventas

El presidente de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor (GANVAM), Juan Antonio Sánchez Torres, manifestó hoy su temor a que la escalada del precio de los combustibles y el repunte del Euribor, con la tasa media más alta desde mayo de 2009, agraven la crisis de ventas que atraviesa el mercado automovilístico español.

El representante de la patronal, que representa a 4.600 concesionarios y servicios oficiales y 3.000 compraventas, afirmó que ambas variables podrían impactar directamente sobre las rentas de las economías domésticas al frenar su capacidad de compra, que se encuentra ya muy mermada después de tres años de crisis económica.

Ganvam alerta de que el aumento del Euribor hasta el 1,714% durante el pasado mes de febrero no sólo supone un gasto adicional para los ciudadanos que tengan contratada una hipoteca, sino que anticipa una previsible subida de los tipos de interés que dificultará aún más las ya de por sí restrictivas condiciones financieras en el sector automoción.

La escasa confianza del consumidor en la economía española se ve empañada, además, por la incertidumbre que genera la crisis geopolítica que barre los países árabes. La amenaza de un posible recorte en el suministro de petróleo, unida a la demanda creciente de países emergentes -como China o India-, podría elevar el precio del barril por encima de los 100 dólares a los que se cotiza actualmente.

En este sentido, Sánchez Torres explica que «si bien la tendencia al alza del precio del combustible no tiene una incidencia directa sobre las ventas, sí ejerce, por el contrario, cierta influencia sobre el uso del vehículo, ya que actúa como un elemento disuasorio para el cambio de coche».

(c)BMW Group

Demonización del automóvil

A esta incertidumbre procedente del exterior se suma una creciente «demonización» del automóvil en nuestro país, que se refleja en medidas como la reducción de la velocidad máxima en las autovías a 110 kilómetros por hora o la propuesta de aplicar penalizaciones fiscales al combustible de los coches diésel.

Según Ganvam, estas políticas recurren al coche como «cabeza de turco» en lugar de atajar las verdaderas raíces del problema, puesto que «el automóvil genera únicamente el 5,5% de las emisiones de CO2 mundiales, frente al 67% de las centrales eléctricas, industrias y calefacciones domésticas».

La confluencia de todos estos factores domésticos e internacionales genera un clima negativo que podría arrastrar las ventas de coches a por debajo de las 850.000 unidades al cierre del año, y todo ello a pesar de que las ventajas de precio y promociones que brinda la crisis hacen de este «el mejor momento en décadas para comprarse un coche».