Es evidente que la época de verano es el momento por antonomasia de vacaciones y como no de desplazamientos, muchos de ellos por carretera. El calor es en muchas ocasiones protagonista de estos momentos de viajes por carretera, momentos que más allá de servir de desplazamiento son momentos en los que debemos tanto cuidarnos a nosotros como ocupantes como el propio vehículo en si, para así no tener este último una avería que nos pueda dar las vacaciones.

En esta época del año hay varios fallos que se repiten con frecuencia, vía el portal Autocasion.com , nos han dado varios consejos para evitar así las averías más habituales.

Evitar averías en verano

©GyS Comunicación – Autocasión

Temperatura del motor
-Antes de empezar el viaje, revisa el nivel de refrigerante y el de aceite. Por si acaso, lleva un par de litros extra de refrigerante.
-Mantén las entradas de aire frontales (parrilla, zona bajo el parabrisas, etc.) lo más despejadas posible.
-En marcha, comprueba de vez en cuando la temperatura del motor. Si empieza a subir, conecta la calefacción al máximo. Si este remedio no funciona, para: podrías averiar la culata.
-En las zonas con subidas prolongadas, evita las marchas más largas; va en contra de las técnicas de conducción eficiente, pero evitarás que la temperatura de la mecánica suba en exceso. Si para mantener la velocidad en la cuesta debes hundir el pie del acelerador más allá de la mitad del recorrido del pedal, baja una marcha.
-Revisa el estado de los manguitos de goma; si están hinchados o resecos, hay que cambiarlos.

Neumáticos
-En verano, los reventones son más frecuentes, ya que la temperatura a la que se someten las cubiertas es mayor. Revisa las presiones; cuanto más baja sea, más sencillo es el “estallido”. Además, una presión baja aumenta el consumo de combustible.

Frenos
-El aumento de peso (por el equipaje) y de la temperatura hace que los frenos se calienten en exceso. Evita lavar el coche justo después del viaje: los frenos estarán calientes y podrían doblarse.
-Si el líquido de frenos tiene más de dos años, cámbialo.
Usa el freno motor en las bajadas prolongadas.

Turbo
-Al parar en una gasolinera o área de servicio, no apagues el motor de golpe; déjalo encendido un par de minutos para que el turbo se enfríe.

Aire acondicionado
-Este sistema somete el motor a un mayor esfuerzo, por lo que un correcto mantenimiento es muy importante. Si, al acelerar, oyes un chirrido, es probable a la correa de auxiliares (la que hace funcionar el compresor del aire acondicionado) esté floja o a punto de partirse. Hazla revisar inmediatamente.
-Echa un vistazo al filtro del habitáculo: la humedad del invierno y el polen de la primavera pueden haberlo obstruido. Si esto ocurre, el aire no pasa bien, necesitamos más caudal y obligamos al sistema a un mayor esfuerzo (y consumo) para refrigerar el habitáculo.
-Elimina de la parrilla frontal del vehículo cualquier elemento que pueda dificultar la entrada de aire -hojas, papeles, bolsas de plástico…-. Haz lo mismo con la parte inferior del parabrisas.
-Es conveniente conectar el aire acondicionado cada cierto tiempo, incluso en invierno, con el fin de que no se resequen las juntas de estanqueidad.

Conductor
-El “elemento” más importante del coche también sufre con el calor: lleva ropa cómoda, hidrátate con frecuencia y, si dejas el vehículo aparcado al sol, tapa los cristales y el volante (en la medida de lo posible) para evitar el exceso de calor al volver a entrar.

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