Aunque un día después del aniversario, no quería desaprovechar la oportunidad de rendir mi pequeño homenaje a esa gran mujer que nos dejó hace un año. Un ejemplo de vida, de lucha, del poder de la sonrisa y las ganas de vivir. La persona que demostró que pudo llegar a lo más alto en lo que muchos creen un mundo de hombres. Superando envidias, ese sentimiento dañino que muchos lo sufren, y que da fuerzas para seguir adelante al «afectado». Porque si existe envidia, significa que estás haciendo las cosas bien. Era una mujer con muchísima fortaleza, que además de su recuerdo nos deja una verdadera lección. Y porque lo más importante no es que hablen bien de ti en vida, sino que lo hagan una vez que te vas. Y tú lo has conseguido. Tu familia y amigos tienen que estar orgullosos de ver ese sentimiento que has dejado entre todos nosotros, porque además de admiración por tu carrera deportiva, la verdadera admiración viene por esa gran persona que eras.

Maria de Villota

Allí donde estés, NUNCA pierdas la sonrisa. Y sigue dándonos fuerzas a los que aquí estamos para poder llegar a ser como tú, esa gran luchadora que todos recordamos.

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