En las tertulias, en las RR.SS. o en determinados medios de prensa, viene siendo normal escuchar opiniones dando cuenta de un cierto desánimo en cuanto a la perdida de emoción que viene acompañando el automovilismo, paralelamente a su desarrollo tecnológico.
La Formula Uno, inició la temporada en curso con un cambio radical y completo de reglamento, abandonando los motores atmosféricos y volviendo a la reconciliación con los sobrealimentados; sin embargo el resultado a mitad de temporada, parece tener mas sombras que luces y las criticas a la «nueva F1» se hacen oír, tanto por boca de algunos aficionados, bien como por antiguas y actuales figuras de esta modalidad. ¿Se está perdiendo la emoción a pie de cuneta y de pista? – La respuesta es que efectivamente, si; la electrónica y las limitaciones impuestas, a la par de permitir incrementar la fiabilidad de los vehículos y la seguridad de sus ocupantes, son directamente proporcionales a una disminución de la espectacularidad; todo está mucho mas «controlado»… Hay dos hechos que me gustaría referir, el primero, (y hablando desde mi experiencia), es la reacción del público cuando tiene oportunidad de ver en competición vehículos de «otras épocas»; simplemente vibran; no están acostumbrados a los sonidos de esos motores, pero les gustan y mucho… en segundo lugar, y en forma de pregunta: ¿porqué tiene tanta repercusión y público, la modalidad de Rallycross?
Obviamente que no debemos anclar nuestra pasión al pasado y simplemente seguir soñando con la resurrección de los Grupo B, mas que nada, porque eso jamás ocurrirá y la evolución tecnológica es estrictamente necesaria; la competición es el laboratorio de la tecnología que acabará introduciéndose en los vehículos de uso corriente aportando mejores patrones de seguridad, fiabilidad y consumo; los vehículos de competición han de estar sujetos a reglamentaciones que permitan hacer de los mismos aquello que son en realidad y así permitir el brotar de la emoción en quienes los vean correr.
No tiene sentido que un piloto de formula uno, por ejemplo, siendo un tipo ágil y talentoso, dependa mucho mas de estrategias, mapas de combustible y ordenes desde el box, que de su talento de pilotaje y menos sentido tiene aun, que no pueda correr por ahorrar combustible… esto no tiene porque ser un divorcio; simplemente habrá de conciliarse la tecnología con la potencia y ampliar un poco ciertos limites, con eso basta.
Artículo de opinión by Jorge Ferreira